Hoy hace un año que tomé una de las decisiones más difíciles de mi vida. Dejé lo que era mi vida atrás y decidí volver a su lado, y creo que no hay cosa que más haya agradecido nunca. Después de ocho años fuera de casa. Salamanca, Sevilla y Madrid. De viajes de dos días para vernos, de tachones en el calendario rodeando las vacaciones para volver la vida, por algún motivo, nos volvió a unir. Deje Madrid, a mis amigas, mi piso, y lo que era la vida de la niña de pueblo que siempre lo había soñado. Para darme cuenta, que mi sueño realmente era estar aquí, con ella. Volví a León, volví al pueblo y decidí cambiar todo lo que hasta entonces era mi vida. No os voy a mentir, volví rota. Con el corazón en pedazos, sin encontrar mi hueco y con un único fin, cuidarla a ella todos los días de mi vida. Los días se fueron complicando, y la vida nos volvió a separar con el paso de las semanas. Mi vida se rompió del todo. El año pasado no tuve treguas. La vida se fue llevando a personas a las que nunca hubiese pensado dejar de tener al lado. Un abrazo, una merienda… La vida es esto. Aprovechar cada segundo a su lado y darte cuenta de todo lo que tiene preparado el destino para nosotros… Ojalá desde ahí arriba puedas estar viendo todo lo que está viniendo, y ojalá algún día, te sientas orgullosa de la niña que creció queriendo ser como su abuela…❤️🩹