Serbia es el país donde se instaló el primer “árbol líquido”, pues es una de las ciudades más contaminadas de Europa. Se utilizaron algas unicelulares que existen en los estanques y lagos de Serbia, las cuales pueden crecer en agua de la llave y son resistentes a temperaturas altas o bajas. De hecho, la Universidad de Belgrado explica que las algas pueden resistira en ambientes con altos niveles de contaminación, a diferencia de los árboles. Además, una de las ventajas de las microalgas es que son de 10 a 15 veces más eficientes que un árbol común y limpian el equivalente a dos árboles de 10 años o 200 metros cuadrados de césped.