No puedo engañar al corazón y a la mente de que te quise realmente, odiarte a ti sería odiar una parte de mi. El hubiera no existe y quizá no pueda cambiar nada de lo que pasó, pero sí puedo mejorar gracias a la experiencia que tengo hoy, por eso en el presente teniéndote de frente te digo: agradezco los llantos y los buenos momentos, ahora te suelto sin negación, aunque cueste prefiero la aceptación, sin rencor te digo gracias porque fuimos