#LaEscenadetuVida365 — La conocí sin saber que pocos meses después la historia de Chile y el mundo cambiarían para siempre. Nos embarcamos en una relación maravillosa cuyo horizonte no podía vislumbrarse, pero ambos teníamos la sensación de que sería espléndido. Los acontecimientos históricos iban sucediéndose junto con nuestro amor: nos conocimos cuando un eclipse solar adornaba los cielos y nos enamoramos perdidamente cuando la sociedad chilena explotó en el estallido social del 18-O. Nuestras primeras vacaciones fueron poco después de que #Parasite se convirtiera en la primera película de habla no-inglesa en ganar el Oscar; nos amamos durante la peor pandemia de la historia de la humanidad y la victoria para escribir una nueva Constitución en Chile; y terminamos cuando gran parte de la población ya estaba inmunizada contra el coronavirus. Para muchas personas estos fueron los peores dos años de su vida, pero para mí fueron los mejores porque estuve contigo. Verán, los recuerdos de una persona están, de manera inexorable, atados a los acontecimientos históricos que ocurrían en la vida de aquel otro ser. Hay gente pasajera que quizás se volvió preponderante —y al mismo tiempo, inolvidable— porque estuvo contigo durante el divorcio de tus padres o la muerte de tu mascota. Creo que sin importar el tiempo que pase o cuánto más experimente, siempre vivirás en mí no solo por el amor que nos tuvimos, sino también por todo los cambios que aguantamos juntos. Y a veces me consuelo imaginándote diciendo mi nombre cuando te pregunten qué hacías cuando el mundo casi se va al carajo por el coronavirus. Me gusta pensar que conocí una versión única e irrepetible de ti. Me gusta recordarnos frente a un espejo ficticio en el que reflejamos el amor que sentimos el uno por el otro, que jamás será igual a otro. Me gusta pensar en que jamás serás tan hermosa como cuando estuviste conmigo, aunque eso lo veo muy difícil. Pero por sobre todo, me gusta pensar que yo, un hombre simple que te amó con locura, también tendré un lugar especial en tu propia historia. No te habré conocido en la mitad de mi vida, pero te conocí cuando más lo necesitaba. Y por eso siempre estaré agradecido.