Quisiera decirte que tu amor lo va a cambiar, pero así no sucede en la mayoría de los casos. Las personas no cambian cuando nosotros queramos que cambien, nuestro amor no lo es todo, y además… (esto duele pero) ¿por qué tendrían que cambiar? ¿Quién nos creemos o sentimos para poder “arreglar” a un hombre roto? No salves a quien no quiere ser salvado, ese amor dátelo a ti, regrésalo a la fuente. Es de pronto soberbio querer ahogar a una persona en amor cuando esa persona no quiere ni cambiar ni arreglarse ni sanar y ser amado de la manera en la que tú lo haces. Y se vale, se vale querer estar en donde estamos como sea que sea. Esto es más común entre mujeres. Las “rescatadoras” nos llaman, las que queremos salvar, las que queremos sanar al otro pero que en el fondo estamos más rotas que ellos. Más tristes, solas, sin saber quiénes somos, sin conocernos, con baja autoestima, sin amor propio, pero con tanto amor para dar que haríamos lo que fuera por que el otro lo recibiera y no solo eso, que nos lo regresara… porque en el fondo eso es lo que queremos: ser amadas, vistas, rescatadas, aprobadas. La herida de las rescatadoras es tan profunda que necesita ser tomada en cuenta, vista y sanada para evitar patrones violentos, codependientes o dolorosos. #rescatadoras #dependenciaemocional #dependencia #relaciones #relacionesdepareja #heridasdelainfancia